lunes, 25 de febrero de 2013

El mar de los siete colores


No he viajado todo lo que quisiera, pero es un hecho que es algo que quiero y debo hacer, viajar, conocer, probar y experimentar otras culturas, otros paisajes, otros cielos.
Aunque no soy amante del calor, el último fue y será el mejor viaje de mi vida, y lo digo porque muy probablemente pueden haber mejores sitios y mejores paisajes pero no mejor compañía. No sabíamos que iba a ser el último viaje compartido.
San Andrés fue el destino, el clima no nos ayudó al principio, era impresionante ver la confabulación del viento y la lluvia en contra de unas esbeltas y arraigadas palmeras. Pero ellas no lo permitieron, allí se quedaron y la isla brillo como nunca dejándonos ver, entre otras cosas, el tan nombrado mar de los siete colores.





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